19.9.10

Ejercicio La Controversia de Valladolid. Pregunta 8

  • Elabora un comentario personal conclusivo sobre la obra en si misma y sobre la pertinencia que tiene con el curso Literatura Iberoamericana III Utopía y Desencanto.

7 comentarios:

martin breeg dijo...

La obra refleja una época que determinó nuestro presente. La Historia se hace mediante la acción y cada individuo (en lo social como en lo personal) es el producto de esa misma actividad humana, en la medida en la que conocemos nuestro pasado también vislumbramos nuestra posición en el presente, por esta razón la obra se vincula estrechamente con los temas del curso.

Desde mi perspectiva, la obra ofrece un panorama crítico sobre la naturaleza de las ideas que formaron el espíritu hispanoamericano. El desencanto se presenta al escuchar las ideas de Las Casas y saber que triunfó la voluntad esclavista. Más aún, es terrible pensar que hoy México sigue siendo un pueblo conquistado culturalmente. Ahora estamos en un punto histórico en el cual podemos mirar hacia atrás, preguntarnos y actuar.

Carmen F dijo...

1. En lo personal, la obra me abrió aún más los ojos sobre el cristianismo, como una serie de ideas, como un sistema de creencias que ha durado más de 2000 años (¡santo Dios!, sic!) y que sobre esa base han transcurrido muchas culturas; con esas ideas –para mí- retrógradas. Que a la vez esas creencias han hecho cultura: pintura, música, formas de ser, y que dentro de ella aún nos movemos aunque ya muy tamizada por la nueva visión moderna. Pero, sin embargo, esas creencias aún son vividas por millones de habitantes del planeta.
Un aspecto particular del cristianismo manejado en la obra que despertó mi interés, es la intolerancia. Cuando Sepúlveda ignora –o no quiere ver- el establecimiento de la tolerancia en su propia tierra durante –al menos- los siglos XI a XIII en Córdoba, Toledo, Granada, la parte de El Andaluz, donde por siglos convivieron los tres grupos religiosos de la península: los judíos, los musulmanes y los cristianos y crearon cultura con altos grados de respeto y tolerancia. Particularmente en Córdoba que fue la capital de Europa durante parte de esa época, con más de 50 mil habitantes, (Londres o París apenas alcanzaban 5 mil) centro en torno al cual giraba el comercio, las finanzas, la tecnología, el arte, la poesía del momento, es decir, el intercambio político-económico-cultural. Era la Nueva York de nuestros días.
Con esto, lo que quiero también decir es que a nuestro mundo actual le falta mucho experimentar y hacer re-vivir esa tolerancia de El Andaluz, pues las luchas entre esas tres culturas y religiones está siendo intestina, con altísimas víctimas en los tres sectores.
2. En relación con el curso, observo que están presentes los temas que estamos viendo en la materia, los de la identidad, los de las utopías generadas a partir de lo existente en el Nuevo Mundo, las propuestas de los autores latinoamericanos. Me parece pues muy pertinente y clarificador a nuestros temas.

Karen Díaz dijo...

La relación de la obra en cuanto al curso de Utopía y Desencanto, e incluso en cuanto al presente en el que se vive, es fundamental. ¿quiénes éramos, quiénes somos? esas tan sólo fueron unas preguntas que se plantearon en el libreto y que se han planteado muchos autores acerca de Amèrica y los americanos. La obra no buscaba hacernos entender lo que ya sabemos sobre si somos o no hombres, ni ponernos en el lado de una postura u otra. La trascendencia de este montaje es la reflexión. Qué tanto han cambiado nuestros tiempos, quizá ya no se ve a los latinos como un animal, pero sí como un ser inferior. El desprecio de países conocido como primer mundo y el sometimiento al que el hispanoamericano es llevado es quizá muy similar al de hace doscientos años. La identidad americana es un tema de mayor importancia en la obra puesto que èsta finalmente no es determinada por los americanos sino por otros, en este caso,europeos.

Georgina Heredia dijo...

Creo que es una obra muy buena, que no deja lugar a dudas, en la que nada está de sobra. Me parece excelentemente montada, y sobre todo, bien pensada porque no creo que sea fácil dejar en claro los argumentos de ambos lados y hacer que dialoguen en un debate real, sin que el público se pierda, sin que las ideas se mezclen. Lo más destacable desde mi punto de vista es que los argumentos se encuentran tan bien insertados en el momento adecuado que uno se sorprende a sí mismo preguntándose cómo no había pensado en eso.
La pertinencia que tiene con el curso es que, a pesar de tratarse de un curso de Literatura Iberoamericana, veamos cuál es el punto de vista de México en específico, de nuestras raíces prehispánicas, de lo que nos corresponde saber en torno a nuestra identidad no sólo americana, sino mexicana para ser más específicos. Y esto tiene que ver con pensar hacia dónde vamos y qué tenemos que hacer, pues todo lo que los españoles hicieron o dejaron de hacer con nosotros nos afecta hoy.

Rosana dijo...

La obra debería hacernos reflexionar sobre la concepción que tenemos sobre nosotros mismos como mexicanos. Considero que debemos hacer particular énfasis en dos cuestiones:

Siendo descendientes tanto de la cultura española como de las diversas culturas indígenas que ocupaban lo que conforma hoy en día el territorio nacional, ¿no deberíamos, para lograr definirnos y aceptarnos como pueblo, aceptar la influencia de ambas partes en nuestra cultura? ¿No deberíamos hacer a un lado los rencores contra España que, finalmente, lo son contra nosotros mismos?

Por otro lado, nuestra parte indígena fue deslegitimada desde el comienzo, y creo que eso nos sigue afectando profundamente; por un lado, enaltecemos nuestra ascendencia indígena, pero al mismo tiempo nos sentimos inferiores por llevarla en nuestra sangre. Al igual que sentir rencor contra nuestra parte hispánica es sentir rencor contra nosotros mismos, avergonzarnos de nuestra parte indígena es avergonzarnos de nosotros mismos. Es, pues, necesario que aceptemos que ambas forman parte de nosotros para que logremos concretar nuestra identidad como pueblo mexicano.

Es en este punto en el que encuentro la importancia de la obra para nuestro curso: el planteamiento del problema de la identidad latinoamericana.

Diana Deyanira López dijo...

La obra hace alusión a un aspecto crucial en la historia de latinoamérica: el choque de culturas, el reconocimiento del otro. Al presentar muy limpiamente el debate entre Fray Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda puede observarse el origen de muchas de las ideas que han contribuido al imaginario hispanoamericano. La relación con el curso de Utopía y desencanto se manifiesta sobre todo al escuchar las inquietudes de Fray Bartolomé: su pensamiento era utópico porque retrataba la esperanza por los pueblos recién conquistados, con habitantes de una naturaleza sin vicios, con mucho potencial para realizar grandes cosas. El desencanto viene cuando nos damos cuenta que sí, que las ideas de Fray Bartolomé ganan el debate pero repercuten negativamente en los pueblos indígenas y en los negros. Incluso hoy en día, seguimos siendo un pueblo sometido. Este resultado insta a una reflexión: como individuos, como pueblos, somos una sociedad con raíces que entran en conflicto. Pero, ¿qué vamos a hacer para encontrar un equilibrio? ¿Hacia dónde vamos?

Anónimo dijo...

La obra no sólo refleja una época que determinó nuestro presente como dice martín breeg, el primer comentador de ésta pregunta, opino que también refleja una época actual, hay problemas que seguimos viviendo, aunque con otros nombres y máscaras, la literatura Iberoamericana capta en gran proporción éstos problemas, por ello la estrecha relación con la materia, me encanta que nos hagan verla desde más ángulos para ampliar nuestra perspectiva, no sólo hacemos nuestros los conocimientos, sino que nos vuelve críticos al respecto.
Sara Ochoa Garduño