17.9.10

Ejercicio Hijo de Hombre pregunta 1

Este ejercicio puede resolverse hasta las 00:00 hrs del día domingo.

Pregunta 1:

- Cuál es el sentido profundo (no inmediato) de la frase "el hombre tiene dos nacimientos"? Comenta a partir de tu lectura de la novela y pon a dialogar sobre esta idea a los autores que tratan temas referentes a la modernidad, que hemos visto en lo que va del curso.

16 comentarios:

Georgina Heredia dijo...

Considero que tiene que ver con que uno tiene que hacer algo más que preocuparse por su vida, como Rodó nos dice en Ariel. Este capítulo en general, no sólo la frase en cuestión habla de eso, de cómo aquellos que oímos a los viejos sabios tenemos que dejar el egoísmo de lado para preocuparnos por nuestro futuro, y que, si lo hacemos, nos traerá el recuerdo--contrario al temible olvido--que significa el segundo nacimiento. Creo también que está relacionado con buscar la comprensión de las circunstancias que nos han llevado a donde estamos, por medio de la educación, por ejemplo, de tal manera que las ideas nos hagan dignos de ser recordados, como proponía Martí. De cualquier modo, al escribir una obra llena de ideas, como hizo Roa Bastos con Hijo de Hombre está pasando al recuerdo, cada que lo leemos es como un segundo nacimiento para él y los pensamientos incluidos en la obra, mismos que surgen de una tradición de pensadores.

Alma Aurora Zapién dijo...

Me parece que como Hijo de hombre esta cargado de cierto simbolismo que alude a lo histórico y el importante papel que esto juega en la vida de los pueblos, la frase del viejo Macario, quien representa como dice el narrador mismo "la memoria viva del pueblo" (misma que nadie más que unos cuantos quería oír), alude al hecho de que los hombres, así también como los ríos, deben hacer fructífera su existencia mediante el servicio a los demás. Un hombre, como Gaspar Mora, por ejemplo, nace por segunda vez y definitivamente cuando pasa a la memoria colectiva o a la Historia por haber coadyubado (no importa si con éxito o no) a una causa común o, simplemente, como en el caso citado, por haber ayudado a su prójimo.
En este sentido, pordemos encontrar un punto de entronque con el Ariel de Rodó porque, mientras que éste insta principalmente a la juventud ilustrada de Latinoamérica a luchar por un alto ideal que tiene que ver sin duda con lo colectivo, el viejo Macario, que encarna la Historia o su noción, dice a su manera que el hombre no nació para estancarse en el estero, sino para ser el comienzo de nuevos ríos, esto es, a través de un quehacer que ayude a mejorar lo presente.

Anónimo dijo...

Para Macario Francia se trata de “la única eternidad a que podía aspirar el hombre. Redimirse y sobrevivir a los demás. Puesto que estaban unidos por el infortunio, la esperanza de la redención también debía unirlos hombro con hombro”. (Roa, 2009; 68).

En palabras de Rodó: “la seguridad de nuestra intervención en una obra que haya de sobrevivirnos, fructificando en los beneficios del futuro, realza nuestra dignidad humana, haciéndonos triunfar en las limitaciones de nuestra naturaleza” (Rodó, 2002; 117).

Además, nos dice Massuh, Hostos veía la constitución del “hombre completo” como único medio para la formación del ser y destino hispanoamericanos; ideal sólo alcanzable a través de una revolución interior, una redención de “las verdades interiores”. El bien colectivo como resultado “del progreso del ser en sí mismo”; porque, en tanto miembros de ese colectivo, nos concierne a todos.

Entonces, el sentido que encuentro en esta frase es el de trascender mediante un verdadero compromiso con la Humanidad, forjar una idea que ha de ser secundada por futuras generaciones, asegurando el progreso hacia la plenitud de la especie humana con la colaboración de todos los individuos que la conforman. Sólo así la tierra comerá el cuerpo, pero no el recuerdo.

También, dentro de dicha visión, la Religión es desplazada por este ideal moderno de renacer, no en aquella vida eterna celestial, sino en una vida eterna terrenal, en la memoria, acciones e ideales de las generaciones venideras; puesto que el hombre moderno no es ya hijo de Dios, sino hijo de hombre.

Belem Ruiz

amaranta rosas reinhold dijo...

me parece que el autor habla de dos naciemientos cuando habla del natural, y el otro, uno donde cada hombre mire dentro de sí mismo y a partir de él mire a su alrededor.
Todo movimiento revolucionario empieza con el nacimiento de una idea, y esa idea se gesta por la decisión en la sociedad de que se necesita un cambio profundo y real. La transformación de la sociedad únicamente puede existir en el momento en que cada ser ve en él mismo la necesidad de cambio. Sólo cuando el hombre reconoce que tiene errores, fallas, y necesidades de transformación, su entorno cambiará; si uno intenta cambiar su sociedad sin mirarse primero a sí mismo el cambio será superficial y seguramente efímero.

Paulina Del Collado dijo...

Mi lectura de la frase "el hombre tiene dos nacimientos" está muy ligada al miedo natural del hombre hacia la muerte y el olvido. En Hijo de Hombre, el sabio Macario apunta que el ser humano nace la primera vez cuando es dado a luz, y la segunda cuando muere. Sin embargo, yo creo que no todos alcanzan ese segundo nacimiento, éste es sólo para los hombres cuyas acciones dejan huella en la memoria de otros. El ejemplo más claro en la novela es Gaspar Mora, quien dedica su vida a la ayuda desinteresada de sus semejantes y con ello se hace acreedor a la inmortalidad dentro del imaginario de su pueblo (la prueba material de ello es la devoción de la gente hacia el cristo que fabricó).
En un sentido más global, veo la frase de Macario como una exhortación a la humanidad; necesitamos anhelar ese segundo nacimiento, pero para alcanzarlo hay que hacer a un lado la indiferencia que nos impide progresar.

Juan Brigido Rivera dijo...

Es muy curioso el hecho de la frase "el hombre tiene dos nacimientos". En primer lugar no sólo por su carácter filosófico sino por la ligadura a una tradición y a un afán revolucionario. Para mi, el sentido es una resurección del hombre a través de sus actos, es decir, a través de la "heroicidad" que este pueda mostrar con respecto a su realidad; el hecho es trascendental porque revela en su interior el concepto de "honra y honor" que desvelaba y desvela aún a un tradición hispánista. Y este hecho no esta mal, el problema es la consecuencia del hecho: la estigmatización heroica a creado grandes mitos a través de la historia, es decir, ha sublimado la características escenciales de ese segundo nacimiento. Me impresionó el concepto porque Macario y Gaspar son, en Hijo de hombre, eso: una sublimación del hecho revolucionario. Roa Bastos sí juzga esta trascendencia del hombre como positiva pero en su mismo intento trasmuta esta condición y la hace fenecer por esa misma transmutación: el hombre deja de ser juzgado por sus actos de manera "justa" (lo justo que se pueda llegar a ser). Tan es así, que Gaspar se convirtió en un ente religioso, es un motivo de culto a travé sde su herencia: el cristo.

Itzel Avendaño Serrano dijo...

El primer nacimiento es el nacimiento mismo como hombre y el segundo nacimiento es el que el mismo hombre debe inseminar para sí mismo a lo largo de su vida por medio de lo que Rodó plantea como el desarrollo pleno de nuestro ser espiritual, al ser el “hombre real” de Martí, o el hombre nuevo que necesita ser creado para Hostos. Al estar educado y poder superar la barbarie (como argumentaría Sarmiento) se podrá trascender en la humanidad misma y se volverá a nacer en el recuerdo.

Es decir, que el segundo nacimiento del hombre se llevará a cabo por medio de la educación, de los proyectos educativos que plantea la modernidad y que todos responden a la pregunta de qué necesita América con la palabras: nuevo, creación, cambio. Nuevo hombre, creación de un nuevo hombre (su segundo nacimiento) por medio del cambio de su pensamiento.

Creo que esto es también de lo que habla el hombre sabio y disidente (lo cual es muy importante) que es Macario y que como el Próspero de Rodó le habla a la juventud y le incita a este cambio, al correr como el río para ser algo más grande después por medio de la unidad (como también plantean Rodó, Martí y Sarmiento), como sugiere el proyecto utópico de la modernidad, en este pueblo tan americano, tan no-moderno, como es Itapé.

Diana Deyanira López dijo...

A mi parecer, hay una fuerte relación de "los dos nacimientos del hombre" con el recuerdo, el legado y la responsabilidad histórica para con la sociedad. Para Macario, Gaspar era un hombre ejemplar debido a que supo desprenderse de sí mismo y ayudar a los demás, lo cual permitió que gracias a sus acciones en vida su recuerdo sobreviviera en la memoria de los habitantes de Itapé. Al alcanzar este tipo de eternidad, Gaspar renace como un símbolo de esperanza y de unidad para el pueblo. Se cumple entonces el compromiso de trascendencia de un hombre que supo aportar a su pueblo algo más para la posteridad a través de trabajo y acciones que devinieron en ideas instaladas en el imaginario colectivo de los itapeños.

El planteamiento de Roa Bastos remite al llamado que hacía Martí por un hombre real, aquél que conociera las necesidades de su pueblo y de su tierra y al mismo tiempo hiciera algo por aportar acciones, logros o ideas a su historia. También puede relacionarse con lo que propone Rodó en Ariel, donde apela a la juventud letrada a generar ideas, proyectos o acciones que trasciendan y mejoren el presente y el futuro de sus naciones.

Héctor Miguel Rodríguez dijo...

El hombre tiene dos nacimientos:
Yo empezaría por involucrar esta pregunta con una de las frases de Roa Bastos en Hijo de hombre: “La iglesia nueva recubre los muñones de la antigua”.
El morfema re- que podemos desentrañar de la palabra poseedora de la mayor carga predicativa, el verbo, nos habla de un segundo intento del agente. En mi lectura, este personaje agente es el hombre americano. Reinterpreta, recrea y recubre. Justamente a lo largo del semestre hemos escuchado los argumentos de Leopoldo Zea, Domingo F. Sarmiento, José Martí, O’Gorman y Octavio Paz –por mencionar a algunos-; y todos han coincidido en la idea de adaptar a nuestras circunstancias los elementos que surgen de nuestra dualidad cultural. Somos herederos del “Occidente Americano” y como él no hay otro igual. Por ello las soluciones deben provenir del análisis de nuestros problemas, y no deben ser la copia de las soluciones que resolvieron los problemas de otros.
En la frase anterior, las otras dos palabras claves son los adjetivos nuevo y antiguo. Un segundo nacimiento implica que antes existió un primero. Por esta razón, Roa Bastos nos habla de recubrir la iglesia antigua con la nueva, de recubrir los ideales que surgieron de los movimientos emancipatorios –y que hasta cierto punto fracasaron- con los aires de esperanza que se tienen en la RE-EVOLUCIÓN.

Daniel Rodríguez Laguna dijo...

El sentido de esa aseveración apunta a la idea de hombre completo de Hostos, es decir, el segundo nacimiento del hombre tiene que ver con la posibilidad que tiene éste de autoformarse, de hacerse una totalidad a partir de todos los elementos que lo conforman. Esto se traduce en un aprovechar todo lo que el hombre tiene a la mano para poder revolucionarse y al mismo tiempo revolucionar su entorno. El hombre, mediante el cambio interior, puede renacer, esto significa, volver a la vida terrenal, pero no para vivirla de la misma manera, sino con una óptica diferente que permita, en el caso de Hijo de hombre, la sublevación. El hombre muere y renace con una conciencia histórica y una visión crítica, de la cual carecía, para poder construir sobre las ruinas que alguna vez formaron parte de él.

Rodó platea la idea como el desarrollo de las capacidades humanas, así, la educación toma el papel protagónico. Lo que hace el autor de Ariel es llamar a la juventud a morir y a sacrificar todo lo que resulta ser un obstáculo para llegar a esa perfección y refinamiento. Todo esto con el objetivo de volver a nacer pero con los elementos necesarios para enfrentar la aplastante lucha por el porvenir. Rodó invita a los jóvenes a un rito de iniciación por medio del cual se convertirán en hombre, en los hombres que necesita Latinoamérica.

El resto de los autores también exhortan a la educación, sin embargo sus pensamientos siempre giran en torno a una dicotomía. Precisamente el segundo nacimiento del hombre, siguiendo la idea de Hostos, necesita de esa conjunción de elementos que conforman al hombre para ser real. La insistencia en la educación nos dice que la ignorancia tiene que morir apara que el hombre nuevo viva.

Imelda Sevilla Espejel dijo...

El hombre no viene sino a heredar, es el sembrador que no va a cosechar lo que siembra, pero cree y espera, lo hace por los que vendrán, según Rodo, en Ariel. Los resultados de la lucha casi nunca se han de ver en esta vida, es de los otros, de los que heredarán el futuro: nacerá en ellos lo sembrado. A base de olvidos y conciencias dormidas, el futuro osco acabará cristalizándose en la realidad teniendo como base un pasado inconsciente. Para Zea, quien habla de heredar una cultura, esto debe significar al hombre americano sintetizar; crear a partir de culturas pasadas una nueva. Desenterrar virreyes o tlatoanis no aportará nada al presente o al futuro (resulta caro vivir del célebre pasado: España en decadencia respiraba a través de cadáveres áureos); la creación de una cultura occidental americana, que para O ´Gorman supone la América Anglosajona, es el resultado de la herencia y de la capacidad de invención del hombre actual. Pero, cómo podemos hacer esto, cómo crecer en los hombres que vienen si no aceptamos aún a los hombres que somos (recuérdese la civilización contra la barbarie). Martí los soluciona con la paciencia de los frailes que sí entendieron: él habla de aceptar, de comprender, de exaltar la dignidad de lo que somos (como citaba Zea de Zum Felde), para lograr en la unidad de América lo que seremos. Esta aceptación de la heredad multicultural de América se puede observar en la reivindicación que se hizo de Calibán en estos últimos años, como bien menciona y hace Fernández Retamar; el hecho es que han pasado al menos dos siglos de incomprensión. No asumamos a Ariel excluyendo a Calibán de nuestra sangre; barbarie, es incomprensión (O ‘Gorman). Paz identifica parte de la herencia como causante del rezago cultural de América; sí, es una causa, pero no una justificación; podemos arrastrar el pasado como lastre definitivo (y lo estamos haciendo) o comenzar a trabajar para un nuevo futuro, siendo conscientes de que quizá no somos nosotros quienes verán ese futuro. La generosidad de este acto es contraria a la doble moral deleznable de “el que tranza no avanza”. El hombre que nace, el hijo, es, el hombre que ayer tuvo derecho a llamarse como tal y a asumir su realidad: es la eternidad a la que se puede aspirar siendo humano. La única.
Imelda Sevilla

Imelda Sevilla Espejel dijo...

El hombre no viene sino a heredar, es el sembrador que no va a cosechar lo que siembra, pero cree y espera, lo hace por los que vendrán, según Rodo, en Ariel. Los resultados de la lucha casi nunca se han de ver en esta vida, es de los otros, de los que heredarán el futuro: nacerá en ellos lo sembrado. A base de olvidos y conciencias dormidas, el futuro osco acabará cristalizándose en la realidad teniendo como base un pasado inconsciente. Para Zea, quien habla de heredar una cultura, esto debe significar al hombre americano sintetizar; crear a partir de culturas pasadas una nueva. Desenterrar virreyes o tlatoanis no aportará nada al presente o al futuro (resulta caro vivir del célebre pasado: España en decadencia respiraba a través de cadáveres áureos); la creación de una cultura occidental americana, que para O ´Gorman supone la América Anglosajona, es el resultado de la herencia y de la capacidad de invención del hombre actual. Pero, cómo podemos hacer esto, cómo crecer en los hombres que vienen si no aceptamos aún a los hombres que somos (recuérdese la civilización contra la barbarie). Martí los soluciona con la paciencia de los frailes que sí entendieron: él habla de aceptar, de comprender, de exaltar la dignidad de lo que somos (como citaba Zea de Zum Felde), para lograr en la unidad de América lo que seremos. Esta aceptación de la heredad multicultural de América se puede observar en la reivindicación que se hizo de Calibán en estos últimos años, como bien menciona y hace Fernández Retamar; el hecho es que han pasado al menos dos siglos de incomprensión. No asumamos a Ariel excluyendo a Calibán de nuestra sangre; barbarie, es incomprensión (O ‘Gorman). Paz identifica parte de la herencia como causante del rezago cultural de América; sí, es una causa, pero no una justificación; podemos arrastrar el pasado como lastre definitivo (y lo estamos haciendo) o comenzar a trabajar para un nuevo futuro, siendo conscientes de que quizá no somos nosotros quienes verán ese futuro. La generosidad de este acto es contraria a la doble moral deleznable de “el que tranza no avanza”. El hombre que nace, el hijo, es, el hombre que ayer tuvo derecho a llamarse como tal y a asumir su realidad: es la eternidad a la que se puede aspirar siendo humano. La única.

Imelda Sevilla

Anónimo dijo...

El hombre no viene sino a heredar, es el sembrador que no va a cosechar lo que siembra, pero cree y espera, lo hace por los que vendrán, según Rodo, en Ariel. Los resultados de la lucha casi nunca se han de ver en esta vida, es de los otros, de los que heredarán el futuro: nacerá en ellos lo sembrado. A base de olvidos y conciencias dormidas, el futuro osco acabará cristalizándose en la realidad teniendo como base un pasado inconsciente. Para Zea, quien habla de heredar una cultura, esto debe significar al hombre americano sintetizar; crear a partir de culturas pasadas una nueva. Desenterrar virreyes o tlatoanis no aportará nada al presente o al futuro (resulta caro vivir del célebre pasado: España en decadencia respiraba a través de cadáveres áureos); la creación de una cultura occidental americana, que para O ´Gorman supone la América Anglosajona, es el resultado de la herencia y de la capacidad de invención del hombre actual. Pero, cómo podemos hacer esto, cómo crecer en los hombres que vienen si no aceptamos aún a los hombres que somos (recuérdese la civilización contra la barbarie). Martí los soluciona con la paciencia de los frailes que sí entendieron: él habla de aceptar, de comprender, de exaltar la dignidad de lo que somos (como citaba Zea de Zum Felde), para lograr en la unidad de América lo que seremos. Esta aceptación de la heredad multicultural de América se puede observar en la reivindicación que se hizo de Calibán en estos últimos años, como bien menciona y hace Fernández Retamar; el hecho es que han pasado al menos dos siglos de incomprensión. No asumamos a Ariel excluyendo a Calibán de nuestra sangre; barbarie, es incomprensión (O ‘Gorman). Paz identifica parte de la herencia como causante del rezago cultural de América; sí, es una causa, pero no una justificación; podemos arrastrar el pasado como lastre definitivo (y lo estamos haciendo) o comenzar a trabajar para un nuevo futuro, siendo conscientes de que quizá no somos nosotros quienes verán ese futuro. La generosidad de este acto es contraria a la doble moral deleznable de “el que tranza no avanza”. El hombre que nace, el hijo, es, el hombre que ayer tuvo derecho a llamarse como tal y a asumir su realidad: es la eternidad a la que se puede aspirar siendo humano. La única.

Imelda Sevilla Espejel

Anónimo dijo...

A mi parecer la frase "el hombre tiene dos nacimientos" tiene dos intenciones, la primera es la de ver al hombre desde su nacimiento original, natural, y el segundo, el más importante es simbolico, el de nacer como un nuevo hombre, como hombre que se inteririza y se conoce, tal como lo mencina Hostos, ya que el se interioriza dentro de su ser, trata de resolver los problemas del ser américano desde su sentir. es por eso que despues de resolver los enigmas, nace el hombre por segunda vez. por lo mismo Macario menciona "el hombre, es como un rio... nace y desemboca en otros rios" que al final es el mismo rio. al conocerse el hombre trasciende y por lo mismo se queda en los demás este estos son los rios en los que desemboca, se va quedando en el pensamiento de los demás hombres.



Angélica Franco

Karen Díaz dijo...

La afirmación hecha por el viejo Macario evoca a la trascendencia del hombre. El primer nacimiento es el natural, el que da la existencia en la tierra. El segundo es aquél que el hombre forja a lo largo de los años en los seres que lo acompañan. Es así como al morir nace de nuevo, en las memorias, en los recuerdos, en la historia que ha creado de sí mismo a partir de sus actos. Me parece pertinente la analogía con el texto bíblico (así como el título está fuertemente ligado al HIjo del hombre Jesucristo) acerca del segundo nacimiento del hombre. En este se vuelve a nacer después de haber estado muerto por el pecado y ahora vivo por la gracia.

Rosana dijo...

Roa quiso decir que una vez que nuestra vida terrenal llega a su fin, comienza nuestra vida en la memoria de los que se quedan; sin embargo, esta segunda vida sólo será gozada por los hombres que hayan sido "cabales con el prójimo". Es decir que aquéllos que gozarán de "vida eterna" serán los que actúen pensando más allá de sí mismos, los que tomen en cuenta a la gente alrededor y se conviertan en su memoria en un ejemplo a seguir. Podemos encontrar este mismo pensamiento en intelectuales que lo precedieron.

Por un lado, Roa plantea también la idea de trabajar por el prójimo cuando exhorta a la juventud a luchar por la libertad de la comunidad, manteniendo siempre la unidad entre los individuos.

Por otra parte, tenemos el texto que Massuh escribe sobre Hostos, quien, aunque piensa que lo primero que el hombre debe hacer es operar un cambio en sí mismo, apunta, al igual que Rodó y Roa, a trabajar por la libertad de la sociedad en que se vive.