26.2.09

Fin de los grandes relatos


Este esquema nos presenta los "grandes relatos", grandes paradigmas o grandes valores de la modernidad, de acuerdo con las dos variantes de la razón en occidente: la razón o pensamiento operativo o instrumental que ha dado lugar a la técnica y a la tecnología, y la razón o pensamiento especulativo, en el que se encuentran disciplinas como la filosofía y la literatura.

Lo que en nuestros días ha diferenciado a un tipo de razón o pensamiento de la otra es que la razón operativa genera utilidades, brinda resultados, mientras que la razón o pensamiento especulativo no "sirve" para nada que en términos materiales sea productivo.

El esquema presenta una especie de dialéctica de la modernidad, que opone las radicalizaciones de dichos pensamientos en disciplinas o ámbitos concretos.

Desde el lado de la razón operativa llegamos a la esfera de la economía y el mercado, y por el lado de la razón especulativa al de la filosofía humanista. En medio de ambos opuestos se localiza la esfera mediadora o reguladora que inventó el hombre moderno: la política y el Estado. El Estado cuyos grandes valores serían la seguridad y la certidumbre, así como la prática de la equidad que, en términos generales, se traduce en solidaridad. Todos estos valores se inscriben dentro de una visión del mundo que cree en el progreso y en el futuro.

Sin embargo, hoy por hoy, sabemos que nuestra única certeza es la incertidumbre porque el mundo moderno sustentado en la razón, el hombre como la medida de todas las cosas y en el Estado como agente eficaz de la regulación de las relaciones entre los ciudadanos, ha fracasado, dejó de cumplir sus grandes promesas, sus grandes relatos.

No obstante, ninguno de nosotros ha dejado de tener certeza en si mismo o en su propio futuro. No está en nuestro esquema mental pensar de una manera distinta.

Pese a que la única certeza que tenemos es que vamos a morir, se trata de una certeza a medias porque no sabemos cómo, cuándo ni a qué hora y, además, en el pensamiento de occidente es una "verdad" que, aunque se conozca, se rechaza.

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